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Sí, desgraciadamente es posible manipularlas. Y eso, pese a que es un delito con consecuencias legales y económicas graves. Por eso, el estudio de falsificación de firmas es una de las intervenciones que más se nos solicita a los peritos calígrafos. No solo en los tribunales, también es útil para solucionar conflictos laborales o personales, precisamente para evitar recurrir a la justicia.

En el caso de que alguna vez tengas que encargar un estudio de falsificación de firmas conviene que tengas información sobre cómo se realiza, para no llevarte sorpresas. Y, por supuesto, siempre confirma que te pones en manos de profesionales, es la mejor garantía de su validez.

En qué consiste un estudio de falsificación de firmas

Ante la menor duda sobre la autenticidad de una firma, procede que se realice un análisis que, básicamente, consiste en el cotejo exhaustivo de las firmas que se ponen en cuestión. Una premisa que puede sorprenderte es que no hay dos firmas idénticas. Es decir, esa frase tan generalizada de “yo firmo siempre igual” no es exactamente cierta.

Dicho esto, un estudio de falsificación de firmas sí que determina si el autor es el mismo en los casos que se cuestionen. Aunque es un estudio complejo, existen unas líneas básicas que siempre se siguen:

Comprobación de la espontaneidad

Este es un asunto esencial porque la firma, por naturaleza, es un gesto que realizamos de forma inconsciente y automática. Si en la grafía se detectan temblores, parones, falta de continuidad, retoques o trazos dudosos es una señal de que esa firma no se realizó de manera espontánea.

Punto de ataque y escapes

El inicio de la firma y el momento en que levantamos el bolígrafo del papel son decisivos para un estudio de falsificación de firmas. De nuevo hay que insistir en el carácter automatizado y personal de la escritura de cada individuo. Es imposible que nadie pueda omitir esa forma de iniciar la firma o finalizarla. Por eso, los peritos nos centramos en estos puntos

La presión ejercida al escribir

Seguramente, estabas pensando que un estudio de falsificación de firmas se basa, principalmente, en comparar el tipo de letra, las curvas y ángulos, las dimensiones de los caracteres y otras observaciones morfológicas. Sin embargo, todos esos rasgos se pueden imitar, y más con la ayuda de la tecnología que permite ampliar y analizar una firma en el detalle para copiarla minuciosamente. Pero, lo que es más difícil de imitar es algo tan elemental como la presión con la que apoyamos el bolígrafo. Ahí detectamos numerosas falsificaciones.

Esta es solo una visión simplificada de la complejidad que implica un estudio de falsificación de firmas. Solo nos hemos referido a la parte de la autoría del firmante. Hay otros aspectos como la veracidad del propio documento, para lo que habría que estudiar el soporte, o la existencia de sellos o cuñas cuya autenticidad también hay que contrastar que los profesionales tenemos que analizar. En Peritos Calígrafo Judicial, además de experiencia contamos con el apoyo tecnológico que precisan estos estudios para garantizar su fiabilidad. Contacta con nosotros cuando tengas la necesidad.

Fuente: Peritos Calígrafos Judiciales

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