Peritajes & Peritos

No son nuestras huellas dactilares, pero casi. Lo que está claro es que no hay dos firmas originales idénticas. Parte esencial de nuestro trabajo como peritos calígrafos es identificar si son auténticas. Repasamos las claves para que esta comprobación sea incontestable.

Es verdad que las innovaciones tecnológicas en escaneado y fotocopia son herramientas que facilitan la ejecución de falsificaciones. Sin embargo, las firmas originales se llevan autentificando científicamente desde el siglo XIX. Porque el acto de la escritura es único en cada individuo, tan solo es necesario usar sistemas irrefutables para analizar los manuscritos.

Principales rasgos que definen las firmas originales

Hay muchos aspectos que se pueden estudiar para detectar la autenticidad de una firma. Estos tres, sin duda, son de los más significativos:

1. La espontaneidad de las firmas originales. Es un gesto que hemos interiorizado y realizamos de una forma automática. Eso se traduce en un trazo rápido, sin paradas, firme y seguro. Una señal de falsedad es que aparezcan retoques, torsiones, temblores o paradas en la grafía.

2. El inicio y el final de la firma. Los calígrafos llamamos “punto de ataque al primer apoyo del bolígrafo” y “punto de escape” al rasgo final de las firmas originales. Son determinantes porque son casi imposibles de apreciar a simple vista y, por lo tanto, no se imitan en la copia.

3. La presión con la que se escribe. Desde los que aprietan tanto el boli que parece que van a romper el papel a quienes lo acarician suavemente, la gama posibilidades es infinita. Y, casi imposible de imitar.

Cómo se detecta la falsedad de una firma manuscrita

Vistas las características esenciales de las firmas originales, queda pormenorizar cómo afrontamos los expertos la identificación de su autoría. Insistiendo siempre en que lo hacemos desde una visión científica buscando datos objetivos y que se puedan contrastar para llegar a una conclusión empírica. Desde luego, nuestro mejor aliado son los documentos indubitados y en su defecto los dubitados, aunque no siempre contamos con ellos.

Una de las cuestiones más delicadas es que se puede falsificar una firma usando diferentes sistemas. El supuesto que primero se nos viene a la cabeza es el de la copia a mano alzada, imitando el original directamente. Aquí el factor determinante es la destreza artística del autor, existen verdaderos profesionales. Sin embargo, como hemos señalado, cada escritura es única y es casi imposible que no se detecte porque tenemos muchos elementos en los que fijarnos.

Las falsificaciones que se hacen calcando las firmas originales se detectan analizando el soporte, porque hay una sobreescritura que deja huella. También está lo que se conoce como levantamiento de firmas, se traslada la genuina a otro documento usando distintas técnicas. Actualmente, con los escáneres e impresoras de alta calidad es la más difícil de detectar. Aquí es imprescindible que entren en juego los laboratorios de peritaje con tecnología avanzada.

Aunque hay otros mecanismos que nos sirven para identificarnos y dar validez a nuestros actos legales, es difícil imaginar nada que pueda sustituir a las firmas originales. Y es que, una vez más hemos demostrado que, con la metodología adecuada, las falsificaciones se detectan.

Fuente: peritoscaligrafosjudicial.es

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