¿Qué un niño sea competitivo, es bueno o malo?
¿Realmente el mundo es competitivo o para lograr avanzar debes superarte a ti mismo?
La competitividad es un tema controvertido, sobre el que hay opiniones para todos los gustos. Si sois padres, sólo vosotros podéis decidir que consideráis qué es lo mejor para vuestros hijos, en pro tanto de su presente como de su futuro.
Es este pequeño articulo hoy hablaremos de la competitividad sana y positiva.
La competitividad positiva nos ayuda a superarnos a nosotros mismos, a mejorar en ciertas áreas, es aquella en la que se asume que los errores no son malos, sino que nos enseñan a superarnos a nosotros mismos.
De acuerdo con la etapa de crecimiento que se encuentre el niño y la niña,debemos ajustar las exigencias de modo que no vayan más allá de su proceso natural de crecimiento, enseñándoles a enfrentar los desafíos que la vida puede poner en su camino, sin que ello signifique sentirse agobiados o estresados.
La competitividad positiva puede motivarles y ayudarles a conseguir todo aquello que se proponen, confiando en sus posibilidades y, además, es una excelente oportunidad para enseñarles el respeto hacia sus semejantes..
Es la que enseña a los niños a disfrutar con el juego y no con la victoria, que el resultado es el final del juego, y que se puede disfrutar ganando, pero también pasarlo bien cuando se está perdiendo,a disfrutar de lo que hace, a que no se puede ganar siempre ni ser el mejor en todo.
El objetivo de una competencia sana es el de adaptar sus fortalezas y cualidades para salir airosos/as de cualquier tropiezo.
Algunas de las cosas que podemos hacer para desarrollar en el niño una competitividad positiva van en la línea de enseñarles y/o ayudarles a:
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