Peritajes & Peritos

Son múltiples las aplicaciones prácticas del trabajo de peritos calígrafos y grafólogos. Sin duda, una de las actuaciones más determinantes que realizamos es la relativa al peritaje de firmas. Sobre todo, es trascendental por sus repercusiones en el ámbito judicial, como vamos a analizar.

Una firma falsa no es nunca legal, carece de la mínima validez tanto si se trata de actos privados, como si se estampa en un documento público. Sin embargo, cada vez tenemos a nuestro alcance más instrumentos y tecnología que puede facilitar su falsificación. Para combatir estas prácticas, por suerte, también evolucionan las técnicas y herramientas de las que disponemos los profesionales. Y, recuerda que el requerimiento de un peritaje de firmas puede solicitarse en cualquier situación y por parte de un particular, igual que de un abogado o juez.

A qué nos referimos con el peritaje de firmas

Lo que diferencia el peritaje de firmas de otro tipo de análisis caligráficos o grafológicos es, para empezar, el objeto de estudio. En este caso, se busca determinar dos cuestiones. Por un lado, se tiene que comprobar la autenticidad de la firma. Y, además, es necesario confirmar su autoría.

La autenticidad tiene un valor judicial evidente: se trata de confirmar si esa firma es original y no una falsificación. Este aspecto del peritaje de firmas se centra en detectar cualquier posible alteración del trazo, la presión, las proporciones o la espontaneidad. En este primer estudio, estas son algunas de las actuaciones que realiza el peritaje de firmas.

Pero, queda un segundo apartado de análisis que es igual de importante. Es el que se destina a determinar la autoría. Para realizar esta parte del peritaje de firmas es imprescindible recurrir al cotejo de documentos. El profesional debe contar con una muestra de la firma indubitada (aquella sobre cuya veracidad ninguna de las partes tiene dudas) o, en su defecto, al menos muestras dubitadas. La opción más valiosa es la de una toma de muestra presencial. Afortunadamente, este tipo de prueba puede ser requerida por parte del juez, lo que facilita enormemente el peritaje de firmas.

La falsificación de la firma como delito

A pesar de la aparición de otras modalidades producto de los avances tecnológicos, nuestra firma manuscrita tiene un insustituible valor identificativo. Por ese motivo, no es extraño que la falsificación de firma sea un delito recogido en nuestro Código Penal. Y las penas asociadas no son de carácter menor. Además de multas, puede incluso implicar pena de cárcel.

La única forma realmente científica de determinar la falsedad de la firma es recurrir al peritaje de firmas. Esto explica la significación e importancia que nuestra tarea profesional tiene en el ámbito jurídico.

A su vez, esa trascendencia que tiene el peritaje de firmas se traslada a la resolución de conflictos en los tribunales y confirma algo que siempre hemos defendido los expertos. Nos referimos a la necesidad de exigir profesionalidad por parte de quienes realizan estos informes. Es una de las garantías con las que contamos en Peritos Calígrafo Judicial. Unida a una amplia variedad de servicios que puedes conocer en nuestra web.

Fuente: Peritos Calígrafos Judiciales

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