Peritajes & Peritos

¡Cuidado con los sólidos, algunos… explotan!

La formación de atmósferas explosivas se puede producir por gases, vapores o nieblas inflamables y también, por la presencia de polvo combustible en suspensión en el aire. Las atmósferas explosivas que se producen en zonas ATEX a causa de la presencia de polvo combustible, son igual de peligrosas que las producidas por gases.En estos casos, se produce una mezcla de aire con sustancias inflamables sólidas, bajo la forma de polvo, en que, ante cualquier foco de ignición, generan una combustión que se propaga al resto de la mezcla, produciéndose una deflagración.

¿Qué es una «Explosión» en términos físicos?

Se define la explosión como una reacción brusca de oxidación o de descomposición que genera una onda expansiva (liberación de energía) violenta y rápida, que se aleja de la fuente mientras disipa energía, provocando así un aumento de temperatura y/o de presión.

La energía liberada puede haber sido almacenada inicialmente en forma de energía nuclear, química, eléctrica o de presión. La onda expansiva actúa de manera destructiva sobre el recipiente o estructura que la contiene.

Para que una explosión se produzca, es necesario que coincidan en tiempo y en espacio una atmósfera explosiva y un foco de ignición. Esto implica la presencia de una sustancia combustible y un oxidante, en unas concentraciones determinadas y, al mismo tiempo, la presencia de una fuente energética capaz de activar la reacción.

La probabilidad de explosión, por tanto, será el producto de la probabilidad de aparición de una atmósfera explosiva por la probabilidad de aparición de una fuente de ignición.

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