Peritajes & Peritos

Seguramente, muchos lectores se estarán preguntando, sorprendidos por el titular, qué relación pueden tener conceptos tan distintos, “a priori”, como los enunciados en el titular de este artículo, pues bien la tienen, y mucha, tal como leyendo estas líneas podrán comprobar.

Los peritos calígrafos tecnófobos se caracterizan por oponerse rabiosa e irracionalmente a la aplicación de la revolución digital a sus pericias y, lo que es peor, a las de los demás. Cuando se les preguntan por tan furibunda oposición a las nuevas tecnologías, tales Peritos son incapaces de encontrar justificación razonable alguna para su carcundioso proceder, limitándose a decir que, cuando ellos estudiaron, esos instrumentos no existían y que, así, han estado toda su vida profesional tan ricamente, negándose siquiera a probarlos, tal como si de causas diabólicas de condenación eterna de sus almas se trataran.

Curiosamente, tan irracional actitud tiene ya sus precedentes en los detractores del café en la Italia del siglo XVII, quienes, guiados por su odio visceral a dicha bebida llegaron a calificarla como “la bebida de Satán” por ser la bebida favorita de los musulmanes, solicitando del Papa Clemente VIII la terminante prohibición de su consumo.

Pues bien, el Papa Clemente VIII, demostrando la inteligencia y la prudencia que le caracterizaban, y haciendo frente a los elementos más ultramontanos de la Iglesia Católica a se negó a prohibir el café sin haberlo antes probado, pues, bien, una vez que lo hubo bebido, se negó a decretar tal prohibición, y, haciendo un magnífico ejercicio de ironía, sólo al alcance de personas inteligentes, exclamó : “questa bevanda del diavolo è così deliziosa che dovremmo ingannare il diavolo battezzandola”, lo que, traducido al castellano, significa: “esta bebida del diablo resulta tan deliciosa que debemos engañar al diablo bautizándola”.

Los peritos calígrafos tecnófobos deberían aprender de la expresada lección de humildad, prudencia y sensatez que dictó, para la historia, tan insigne pontífice y, por fin, antes de hablar, decidirse a probar esas técnicas digitales que tanto y tan irracionalmente odian.

Fuente: Peritos Calígrafos Judiciales

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