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Todos nos hemos acostumbrado a plasmar nuestra firma en un dispositivo digital y asumir su validez. Sin duda, la comodidad de este mecanismo es su gran ventaja. Pero, repasemos las características biométricas de la firma electrónica para comprobar si su seguridad y fiabilidad se corresponden con lo que debe garantizar. Es un proceso cuya expansión es imparable, por lo que hay que dotarnos de herramientas que permitan que no haya dudas sobre su fiabilidad.

Al final cualquier sistema de firma electrónica tiene que servir para identificar al firmante. En este caso, podría parecer que precisamente por tener similitud con la firma manuscrita, este es un tema que está resuelto. Sin embargo, esas características biométricas no ofrecen suficiente seguridad jurídica si no se puede cerciorar que va exclusivamente ligada al documento firmado, que no se han guardado copias que se usen en otros documentos sin conocimiento del autor de la misma.

Cómo funciona el proceso de la firma biométrica

Es esencial que entendamos cuál es el mecanismo que implica este tipo de firma electrónica basada en los trazos de la manuscrita. Está claro que el firmante efectúa el mismo gesto que realiza sobre el papel, solo que en este caso sobre un dispositivo electrónico que puede ser una tablet, un teléfono u otro soporte digital. El procedimiento no termina con la captura, ya que incluye necesariamente el almacenamiento de esta. Y, ambos son igual de importantes para garantizar la identificación del firmante y la correspondencia con ese documento concreto.

Para la confirmar la autoría, es evidente que la clave reside en que, además de capturar la firma electrónica, se recojan otros datos biométricos como la velocidad, la aceleración o la presión. E, incluso, algunos muy específicos referidos a los trazos como son el número de los mismos, su orden o la duración. La existencia de estos detalles es determinante para que los peritos calígrafos podamos realizar nuestros estudios y análisis con la misma minuciosidad y detalle que lo hacemos con las firmas tradicionales. Disponemos de nuestros propios equipamientos tecnológicos para profundizar en esos elementos.

Los riesgos de la firma electrónica

Como hemos avanzado, en una firma electrónica es imprescindible garantizar que se ha capturado con una aplicación segura. ¿Cómo le adjudicamos esa fiabilidad al software? Pues, aunque parezca increíble, a veces simplemente porque nos creemos lo que nos dice su fabricante. Pero, es evidente que esta razón está muy lejos de la lógica científica. De ahí que, al menos nosotros como peritos calígrafos profesionales, prefiramos que cuente con una certificación sobre estos tres aspectos:

  • el dispositivo en el que se hizo
  • datos de geolocalización de la firma
  • un llamado sello del tiempo, que ratifique cuándo se realizó la firma

La firma electrónica se ha incorporado a nuestra realidad y cada vez es más utilizada. Somos los expertos quienes estamos obligados a adaptarnos a los cambios imprescindibles para garantizar su validez legal, exactamente al mismo nivel que la manuscrita. Al menos, ese es el compromiso que te ofrecemos en Peritos Calígrafos Judicial. Puedes comprobarlo en en nuestra web.

Fuente: Peritos Calígrafos Judiciales

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