Peritajes & Peritos

En este artículo de Consejos del Experto del mes de abril nos disponemos a explicar a nuestros lectores una tipología de mobiliario catalán llamada arca de novia. Se trata de unas interesantes piezas tanto por su significado histórico como por su belleza. Por desgracia, como os venimos comentando en casi todos nuestros artículos, la crisis del mercado del arte y las antigüedades ha azotado notablemente al mobiliario y, por lo tanto, esta tipología se ha visto damnificada y podéis encontrarlas a precios realmente asequibles.

Desde mediados del siglo XV hasta finales del siglo XVII, el arca era el contenedor más importante de las casas catalanas. Las aportaba la esposa en el matrimonio. Era su dote, es decir, el patrimonio que la familia de la novia entregaba al novio, quien la administraba posteriormente. Se distribuía en ellas la ropa y la cantidad de dinero que la familia consideraba conveniente. La dote formaba parte de un intercambio de riquezas entre las familias contrayentes. Su número y riqueza eran testimonio del nivel social y económico al que pertenecía la nueva esposa. Es importante destacar que no eran piezas privativas de la nobleza pero, evidentemente, las pertenecientes a este estamento eran más lujosas que las de otros estamentos, siendo éstas más sencillas y austeras.

Su forma de paralelepípedo proviene de las tipologías heredadas del mundo romano con pocas variaciones. Constan de una tapa plana en la cubierta la cual se cierra a través de una cerradura situada en el parte frontal del mueble. Suelen tener un tamaño grande y en numerosas ocasiones podemos encontrar asas en los laterales para poder ser transportadas con mayor facilidad. Estaban ensambladas con colas de milano ocultas. Se ubicaban principalmente en los dormitorios pero en ocasiones en las salas y estrados. Se decoraban solo las caras vistas, por lo tanto, no por la que se apoyaba en la pared o a los pies de la cama que eran como se disponían en la estancia.

Podemos encontrar en numerosos escritos que aquellas que contaban con cajones en su lateral pertenecían al marido pero resulta falso, más bien indica la riqueza de los contrayentes. Estas cajas de novia podían tener diferentes usos: normalmente eran utilizadas para guardar la ropa de la mujer y de la casa, pero a veces albergaban pertenencias del señor de la casa.

Las góticas, realizadas entre mediados del siglo XV y la primera mitad del siglo XVI, se construían en madera de nogal y las de mejor calidad se doraban. Otras se policromaban para aumentar su valor con escudos o numeraciones que identificaban a los propietarios. Se decoraban con molduras aplicadas con formas geométricas o motivos de arquerías góticas y descansaban sobre un zócalo alto y moldurado. Tal y como hemos mencionado anteriormente, en algunas ocasiones pueden contener una pequeña puerta a la derecha que escondía tres cajones y un compartimento al cual se accedía desde arriba. Estas piezas hace unos años rondaban los 4.000 - 6.000 euros (dependiendo de su estado de conservación y calidad artística) pero hoy en día su precio ha bajado notablemente pudiendo encontrarlas en subastas por 1.800 - 4.200 euros. Un precio realmente bajo para piezas de tantísima antigüedad.

Durante los siglos XVII y XVIII se continuó realizando esta tipología de mobiliario. En algunas ocasiones, eran parejas y normalmente una de las dos contenía cajones en su interior. Se decoraban  con incrustaciones de hueso llamadas decoraciones "de pinyonet" o embutidos de boj representando decoraciones propias del Barroco. También en esta época aparecen los baúles con tapa curva muchos de ellos cubiertos por otros materiales como piel o terciopelo que podían sustituir a las cajas de novia. En cuanto al mercado actual ocurre lo mismo que con las piezas de siglos anteriores, podemos encontrarlas por precios que rondan entre los 900 - 3.600 euros.

Poco a poco, el arca fue evolucionando, y la ropa se fue distribuyendo en cajones, esta nueva tipología se desarrollaría dando lugar a la actual cómoda. Ésta se fue introduciendo en la sociedad como sustituta de las arcas y arcones. Las primeras cómodas en Cataluña aparecieron en el siglo XVII. En un principio fueron escasas por la novedad y porque no estaba al alcance de todos por la alta calidad de la madera. A partir del XVIII, la dote de las novias se empezará a aportar en esta tipología de mobiliario.

Si realmente tenéis la ocasión de haceros con alguna estas piezas, que como hemos dicho están cargadas de historia, no perdáis la oportunidad. Eso sí, para evitar sorpresas ante el desconocimiento consultad con un especialista puesto que estas piezas han sido frecuentemente transformadas y hay que estudiarlas en profundad para ver si el precio de la pieza corresponde con la originalidad de la misma. 

Laura Sánchez Gaona