Peritajes & Peritos

Autor del artículo: Dr. Alfonso Sanz Cid. Perito médico Especialista en Valoración del Daño Corporal, Medicina del Trabajo y en Psiquiatría.

Con la ratificación de la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), aprobada el pasado año y cuya entrada en vigor se fijó para el 1 de enero de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha procedido al reconocimiento oficial del burnout o “síndrome de estar quemado” o de desgaste profesional como enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha procedido al reconocimiento oficial del burnout o “síndrome de estar quemado” o de desgaste profesional como enfermedad. De este modo, por primera vez el “desgaste profesional” entra en la clasificación internacional de las enfermedades, conocida como CIE -11.

El termino burnout es conocido desde la publicación por Herbert Freudenberger, en su libro “Burnout: The High Cost of High Achievement” en 1974. El trastorno es consecuencia de un estrés laboral crónico, y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional, una actitud cínica o distante frente al trabajo (despersonalización), y una sensación de ineficacia y de no hacer adecuadamente las tareas.

El síndrome no es exclusivo de los trabajadores que desempeñan su labor de cara al público. Si bien inicialmente parecía que las profesiones en contacto con personas podían ser las que provocan más burnout, pero hoy entendemos que está más relacionado con aspectos organizativos y con la capacidad de dar respuesta a los problemas que se plantean en el trabajo".

Así pues, la OMS estableció como síntomas de este trastorno, el incremento en el agotamiento o debilidad, el aumento del aislamiento en el trabajo y un estado de tristeza y negatividad que, en conjunto, llevan a la persona que los padece a sentirse triste, antisocial, ansiosa y a tener menos rendimiento laboral.

Según datos recientes de un estudio de Medscape, el 37 por ciento de los médicos españoles han afirmado sufrir 'burnout', tan solo por detrás de sus colegas portugueses, que lo padecen un 38 por ciento. Estas cifras contrastan con las de los médicos alemanes, que sitúan en el 26 por ciento.

Se considera que el 39 por ciento de los facultativos de España ha asegurado que una reducción de la carga asistencial sería muy positiva para la reducción del burnout entre el colectivo. Y el 40% de los MIR están demasiado agotados.

El Medico Interactivo ha publicado muy recientemente que Un 78,5% de los médicos presentan niveles altos de burnout y agotamiento emocional

Así se desprende del Observatorio de la Medicina Familiar y Comunitaria en el Maresme (OMFaM) que ha evaluado el impacto de la pandemia sobre el burnout profesional

Síntomas.

Hay tres características: “Sentido de agotamiento o debilidad; aumento en el aislamiento del trabajo, cinismo o sentimientos negativos relativos al trabajo; y una baja en la efectividad profesional”.

Las principales manifestaciones de este síndrome son:

  • Estado permanente de nerviosismo
  • Baja autoestima
  • Falta de realización personal
  • Sentimiento de agotamiento, fracaso e impotencia
  • Dificultad en la concentración
  • Comportamientos agresivos
  • Dolores de cabeza y taquicardias
  • Insomnio
  • Bajo rendimiento
  • Absentismo laboral
  • Aburrimiento, desinterés, apatía
  • Irritabilidad
  • dificultades en la comunicación
  • sudoración
  • pérdida de cabello

Se distinguen básicamente dos formas:

  • Burnout activo, en la que el trabajador mantiene una conducta asertiva. Se relaciona con elementos externos a la profesión.
  • Burnout pasivo: acostumbra a ir con sentimientos de apatía y se relaciona con factores internos psicosociales.

El diagnóstico lo realizamos los profesionales en la consulta médica a través del análisis de los síntomas, el estado emocional y los sentimientos de la persona hacia su trabajo y hacia otros compromisos personales. Podemos ayudarnos de escalas de valoración complementarias.

El “burnout” se refiere en específico a los fenómenos en el contexto laboral y no se debe aplicar para describir otras experiencias de la vida, indicó un portavoz de la OMS en rueda de prensa.

Así pues, se inicia una etapa, probablemente dilatada, hasta la consolidación del trastorno y el reconocimiento de sus implicaciones laborales, incapacidad, etc.

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