Cuando se habla de herencias, una de las dudas que resolvemos a menudo a nuestros clientes es si una persona con discapacidad tiene derecho a recibirla y si hay alguna limitación legal al respecto.
La respuesta corta es que sí, sin problema.
Sin embargo, hay puntos importantes que conviene aclarar para que el proceso sea justo y beneficioso para la persona heredera.
Antes de 2021, el Código Civil contemplaba la posibilidad de incapacitar legalmente a una persona con discapacidad, lo que podía afectar su derecho a heredar o administrar su herencia.
Llegado ese año, la Ley 8/2021 elimina la figura de la incapacitación judicial y refuerza el derecho de las personas con discapacidad a tomar sus propias decisiones, incluyendo la recepción y gestión de una.
Con esto, hoy, en nuestro país, la ley reconoce que cualquier persona puede heredar, independientemente de si tiene o no una discapacidad, es decir, no hay ninguna norma que impida que reciba bienes, o dinero, como parte de una herencia.
Dicho esto, en algunos casos es necesario tomar medidas adicionales que garanticen que se gestione de la mejor manera posible, y que el heredero la recibe sin inconvenientes.
Las herencias pueden suponer un gran beneficio para una persona con discapacidad, pero también traer consigo dificultades si no se gestionan adecuadamente.
Para evitar problemas, existen medidas legales que aseguran que pueda disfrutar de eso que le corresponde, sin riesgos ni pérdidas innecesarias.
Incluir condiciones en el testamento para asegurar que la herencia sea usada de manera adecuada, una es establecer un fideicomiso, una figura legal donde un tercero (el fiduciario) administra los bienes en beneficio del heredero.
Si la persona no puede gestionar su herencia de forma autónoma, es una buena solución designar a un tutor que se encargue de velar por sus intereses y asegurar que los bienes se usen de manera adecuada.
No hablamos de “un sustituto”, sino de alguien que le apoye en la toma de decisiones.
El Código Civil permite que los padres de una persona con discapacidad puedan “mejorar” su herencia, es decir, dejarle una parte mayor que la que correspondería, para garantizar su bienestar económico.
Los testadores pueden incluir condiciones en el testamento para proteger a una persona con discapacidad, por ejemplo, designar a un administrador de los bienes heredados, o también establecer límites en la disposición del patrimonio.
Uno de los principales aspectos a considerar es si puede hacerlo de manera independiente, porque hemos de ser conscientes de que no todas las personas con discapacidad tienen las mismas necesidades.
Por ese motivo es fundamental analizar cada situación de forma individual:
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