Cosméticos con factor de protección solar (SPF). Cada vez existen más productos en el mercado que nos protegen frente al sol.
Además de las cremas solares convencionales, también encontramos barras de labios, maquillaje e incluso productos para el cabello que incluyen factor de protección solar (SPF).
En la etiqueta de éstos aparecen principalmente las indicaciones UVA, UVB y SPF junto a un número. Son estas inscripciones las que nos harán decantarnos por un producto u otro. Pero, ¿realmente sabemos que quieren decir estás indicaciones?
ÍNDICE
Por un lado, los rayos UVA son menos energéticos (longitud de onda de 320-400 nm), pero penetran más profundamente en la piel. Es por ello que son los responsables del fotoenvejecimiento de la piel, la aparición de manchas, alergias solares e incluso cáncer de piel.
Por otro lado, los rayos UVB tienen más energía (longitud de onda entre 290-320 nm) pero se quedan en la parte superficial de la piel. En total son un 5% de la radiación ultravioleta que llega a la tierra. Y son los responsables del bronceado aunque también de las quemaduras solares y, como los UVA, del cáncer de piel.
Consejo:
El factor de protección solar es un indicador del múltiplo de tiempo que puedes exponer la piel al sol sin que se dañe o enrojezca. Por ejemplo, si su piel tardara 20 minutos en quemarse sin protección, con una crema de SPF10 tardaría 200 minutos (20 x 10 = 200).
Sin Embargo, lo que está claro es que cada piel es diferente. Existen muchos tipos de pieles y, en consecuencia, cada tipo de piel necesitará un factor solar diferente.
Después de realizar diversos estudios, el dermatólogo Dr Thomas Fitzpatrick desarrolló una tabla en la que expone los 6 fototipos de piel que existen, en función de la presencia de melanina en éstos y de las características particulares de cada persona:
Consejos:
Aunque nos pueda sonar haber visto un SPF de 80 o hasta 100, actualmente en Europa el factor máximo permitido es el 50+ (que normalmente equivale a un SPF60).
Esto se debe a que el rendimiento de efectividad de un SPF 100 frente a uno de 50 es solo un 1% superior, ya que el SPF también puede explicarse como el número de veces que se bloqueará la “dosis” de radiación solar antes de quemarnos.
De esta manera, un factor 50 nos protegerá de 49 “dosis” y a la 50 nos quemaremos (98% protección) y uno de 100 nos protegerá de 99 “dosis” antes de quemarnos (99% protección). Sin embargo, se ha de ser consciente de que no existe la protección total, al 100%.
Además de que en el mercado sólo debe haber FPS de como máximo 50, (Ya que, como hemos visto, proporciona una protección «casi» total frente a la penetración de la radiación solar en nuestra piel) la nueva legislación quería evitar la falsa sensación de estar totalmente protegidos al usar un factor tan elevado; además de que estos solían venderse a precios mucho más elevados, sin proporcionar una protección mucho mayor.
Existen algunos productos que además de protegernos del sol también poseen la propiedad de ser resistentes al agua, propiedad que debe estar bien indicada en la etiqueta del producto.
Existen dos tipos de cremas solares resistentes al agua:
Nota:
Con respecto a los riesgos asociados a la exposición solar, el efecto más conocido es el eritema o quemadura solar, aunque hay otros también muy relevantes como la aparición de zonas pigmentadas en la piel como manchas o pecas debido a la exposición a la radiación UV a largo plazo. Además la radiación UV puede acelerar el fotoenvejecimiento de la piel (pérdida de elasticidad, aparición de arrugas, etc.) y causar cáncer de piel.
Existen también riesgos oculares, como la fotoqueratitis o la fotoconjunitivitis, que, aunque son reacciones inflamatorias dolorosas, normalmente no ocasionan daños a largo plazo en la visión. En cambio, el desarrollo de cataratas, que puede provocar ceguera, si se puede ver favorecido por la exposición a la radiación UV.
Varios estudios han demostrado que la exposición al sol puede reducir las defensas del organismo, afectando a nuestro sistema inmunitario, y en consecuencia, aumentar el riesgo de infecciones bacterianas, víricas, parasitarias o fúngicas.
Para evitar este tipo de riesgos se recomienda evitar la exposición solar entre las 12 y 16 horas, así como utilizar el protector solar en los días nublados ya que aunque aparentemente no estamos expuestos a la misma radiación, esta sigue estando presente.
Para asegurar el correcto etiquetado de los productos fotoprotectores, este debe contener, como mínimo, la siguiente información:
Además, según la Recomendación de la Comisión Europea (2006/647/EC), relativa a la eficacia de los productos de protección solar y a las declaraciones sobre los mismos, los productos con un SPF inferior a 6 no pueden ser etiquetados como productos de protección solar. Tampoco se pueden hacer declaraciones como “protección total” o “sunblock” ya que ningún producto te protege al 100%.
Por un lado, el índice de protección solar frente a los rayos UVB se calcula mediante la aplicación del International Sun Protection Factor Test Method (2006).
Por otro lado el factor de protección frente a los rayos UVA debe ser de al menos 1/3 del SPF que se indica en la etiqueta, obtenido mediante un ensayo de oscurecimiento pigmentario persistente según la AFSSAPS (Agence française de sécurité sanitaire des produits de santé).
Y, de acuerdo con la Comisión Europea, las categorías de etiquetado serían las siguientes:
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Andrea Higueruelo Fernández