Peritajes & Peritos

No se nace con ella sino que hay que ir desarrollándola desde la infancia, siendo el papel de los padres determinante.

Uno de los grandes problemas que encuentran los padres actualmente es la necesidad en los niños adolescentes de ” la búsqueda de gratificación inmediata, el conseguir las cosas aquí y ahora. La realidad de los adolescentes es centrarse en las satisfacciones inmediatas sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo. Anclados en el querer y no poder, muestran la incapacidad para posponer la gratificación o poder alcanzar un objetivo mejor a largo plazo.

Por ello, educar la fuerza de voluntad es un reto para muchos padres.

La voluntad necesita un aprendizaje gradual,que se consigue con la repetición de actos en donde uno se vence, lucha y cae, y vuelve a empezar. A esto le llamamos: hábito. Dicho de otro modo: hay que adquirir hábitos positivos mediante la repetición de conductas, de manera que nos va acercando hacia comportamientos mejores, más maduros sabiendo que, en las primeras etapas cuestan mucho trabajo, puesto que la voluntad está aún en estado primario, sin dominar.

Simplifica el primer paso

Aplicar la primera ley de la termodinámica! Esa que dice que los objetos en reposo tienden a permanecer en reposo, pero si creas un poco de inercia inicial el movimiento se mantendrá con más facilidad. Traducido al comportamiento humano, simplemente hagamos más pequeño el comienzo:

  • ¿Le cuesta hacer ejercicio? Proponle dedicarle 5 minutos al día.
  • ¿No consigues que se ponga a estudiar? Planifica que lea sólo unas pocas páginas.
  • Le cuesta recoger su habitación? Proponle que haga su cama cada día.

En definitiva, determina cuál es la acción más pequeña que le llevará en la dirección correcta, y empieza con ella. Con un poco de inercia inicial reducirás su ansiedad y notarás que luego no le cuesta tanto continuar.

Fuente: Centro Codex

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