Peritajes & Peritos

En noviembre de 1986, estalló un incendio en un almacén de productos químicos perteneciente a la compañía Sandoz, en una zona industrial de Basilea (Suiza). Ardieron alrededor de 1.350 tn de plaguicidas y productos agroquímicos. Se estima que se generaron alrededor de unos 20.000 m3 de aguas de extinción contaminadas, buena parte de las cuales se vertieron en el Río Rin, contaminando hasta 500 km aguas abajo y matando a miles de peces.

Las nuevas normativas medioambientales y de seguridad industrial, prescriben la necesidad de cumplir con los parámetros de vertido de los efluentes generados por las actividades industriales, tanto en condiciones normales como en situaciones de emergencia.

El nuevo RD656/2017, por el que se aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos, y en concreto la ITC-APQ10 para el almacenamiento en recipientes móviles, prescribe la necesidad de contener cualquier derrame accidental que se pueda generar, así como también otros efluentes contaminantes tales como las aguas de extinción derivadas de un incendio.

Para garantizar la protección del medio ambiente, durante la elaboración del Proyecto APQ, se debe llevar a cabo un Estudio de estanquidad, en el cual se defina tanto la solución más adecuada, como el volumen mínimo de contención.

Para el cálculo del volumen mínimo de contención para garantizar la retención de agua de extinción de incendios, existen varios enfoques metodológicos. Uno de los métodos más avanzados es el publicado por la norma VdS, proporcionada por la industria de seguros alemana y publicada en la directriz VdS 2257. Este método se basa en el tipo y cantidad de materiales combustibles, la presencia de los sistemas de detección de incendios, el tamaño del sector de incendios más grande, el tipo de brigada contra incendios y la infraestructura técnica de protección contra incendios.

Existen otras metodologías, de mayor o menor complejidad. Muchas de ellas quedan recogidas en la guía Safety Guidelines and Good Practices for Fire-water Retention, publicada por la UNECE (United Nations Economic Commission for Europe).

Una vez calculado el volumen a contener, el técnico redactor del proyecto APQ, o encargado del estudio de estanquidad de la planta, debe diseñar la solución óptima para la contención de efluentes contaminantes.

La implantación de sistemas pasivos de contención, tales como cubetos, canales de drenaje y depósitos enterrados, acostumbra a ser la más habitual, especialmente cuando el proyecto implica la ejecución de obra civil.

Alternativamente se pueden implantar sistemas móviles tales como barreras mecánicas para puertas y muelles de carga, así como obturadores de tubería para garantizar la contención subterránea. Estos sistemas suelen ser muy adecuados, especialmente en proyectos de adecuación de establecimientos industriales para el almacenamiento o presencia de productos químicos, o en cualquier caso cuando se valore su idoneidad para una aplicación determinada.

En cualquier caso, los sistemas de contención siempre deberán ser resistentes químicamente a los líquidos a retener, resistentes mecánicamente en función de la altura de líquido a contener, de activación automática o con personal entrenado 24h para su activación, y totalmente fiables a efectos de estanquidad y sistema de activación.

En Tandem HSE, llevamos a cabo Proyectos APQ, dentro de los cuales definimos diferentes opciones de estanquidad para la retención de las aguas contaminadas resultantes de un incendio, teniendo en cuenta que deben ser operativos a todos los efectos.

Albert Cano