Peritajes & Peritos

En un post anterior abordamos el tema de las firmas ilegibles; en ocasiones a la ilegibilidad de las letras se añaden tachaduras logradas por la propia rúbrica, rasgos que reafirman esa confusión íntima o deseos de ocultar el yo por diversos motivos desde la inseguridad al juego de una personalidad escurridiza.

Veamos lo contrario, escrituras claras que facilitan la legibilidad, es decir la identificación de sustantivos y verbos, esencialmente. El profesor José Javier SIMÓN sostiene que:

“Para interpretar grafológicamente la legibilidad de la escritura basta tener en cuenta que cuanto con más claridad se escribe, con más lucidez se piensa y con más nitidez se actúa”

Cuando se valora este rasgo hay que considerar que la escritura se ha redactado siguiendo la manera habitual con la que escribe la persona, sin circunstancias exógenas o endógenas que pudieran aumentar la confusión de trazos o ilegibilidad , por ejemplo, apuntes de clase, escribir en una superficie inadecuada o en un vehículo en marcha etc.

Pero hay claridad y claridades.

En la interpretación grafológica, hay que considerar el conjunto de la escritura y ponderar las conclusiones, porque se escribe con una letra clara dependiendo de las motivaciones, intereses o incluso patologías.

Veamos algunos casos:

Seguir leyendo en ANÁLISIS DOCUMENTAL, artículo escrito por Mireia Hernández, Perito judicial, analista documental y profesora de latín.

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