Peritajes & Peritos

Nuestra escritura es tan personal e intransferible que es una especie de huella dactilar, algo que nos identifica a cada persona. ¡Por eso es tan apasionante el trabajo que realizamos los peritos calígrafos! Realizar un estudio caligráfico, que tiene por objeto determinar la autenticidad o autoría de una firma o grafismo en general, es una técnica precisa que implica seguir una serie de pautas.

Se trata de un proceso que abarca diferentes aspectos. Y es que, no solo se remite al análisis de la comparación de los aspectos estáticos o formas (palabras, letras, dibujos…), también debe entender la grafía en su contexto espacial y temporal, es decir, los aspectos dinámicos. Cada uno de los pasos que requiere todo estudio caligráfico es, por tanto, igual de importante y debe ser tratado para que los resultados sean competentes.

1. Obtención de documentos indubitados y dubitados

Un estudio caligráfico tiene una importante base de contrastación. Es imprescindible comparar el escrito que se analiza con otros del mismo autor. Para realizar esta comparación de una forma eficaz, lo ideal es contar con un documento indubitado, es decir, que no existe duda sobre su autoría. Normalmente, sobre todo en los peritajes judiciales, la persona realiza una muestra en presencia del perito y de un representante judicial. En el caso de un estudio caligráfico privado, no se puede obligar a esa prueba y, en caso de no conseguirse, habría que trabajar con documentos de los que la autoría se supone aunque no está demostrada 100%.

2. Análisis comparativo de los diferentes elementos del grafismo

Un estudio caligráfico, como hemos indicado ya, precisa de un análisis en profundidad de los rasgos formales de la escritura y de los dinámicos. En el primer caso entran aspectos como el tamaño, el orden, los puntos de ataque y los puntos finales. En el segundo, nos fijamos en la presión al escribir, la velocidad, la inclinación o la continuidad, por destacar algunos de los más significativos.

3. Conclusiones y exposición de las mismas

Para dar por finalizado un estudio caligráfico es imprescindible plantear de forma clara, pormenorizada y justificada las conclusiones a las que hemos llegado. Este tercer paso es el que menos se cita y, sin embargo, desde nuestra perspectiva profesional, es igual de trascendental. Nuestra tarea no es un juego de magia, se ajusta a criterios científicos y es imprescindible que seamos capaces de que nuestros informes reflejen ese rigor: cuando hacemos una afirmación, no es porque sí, la ratifican los hechos. Además de riguroso, un estudio caligráfico debe ser comprensible. Es interesante que esté estructurado por áreas y que estas respondan a las cuestiones concretas sobre las que se pidió nuestro dictamen.

Conviene recordar que para que un estudio caligráfico se pueda realizar es necesario que se utilicen instrumentos tecnológicos, desde las distintas luminiscencias (infrarrojos, RGB, ultravioleta o luz blanca) a herramientas como cámaras y escáneres digitales o microscopios de alta resolución. En Peritos Calígrafos Judiciales hemos incorporado tecnología de última generación, incluso en nuestros laboratorios portables. Los resultados de nuestros informes son incuestionables gracias a la rigurosa metodología que aplicamos siempre.

Fuente: Peritos Calígrafos Judiciales

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