Peritajes & Peritos

La posibilidad de copiar o de que te copien abarca a todos los ámbitos de la producción humana, desde un bolso a un poema de amor. No se libra nadie, como ya hemos visto en otros post, ni quienes se mueven en el ámbito artistico-literario, académico o industrial.

En otros artículos hemos referido a la copia de una propuesta de una asignatura universitaria y hoy nos vamos a referir a un caso muy parecido, pero en el ámbito de la empresa.

Con motivo de la crisis de marzo de 2020, una empresa dejó de contar con los servicios de un colaborador externo en materia de formación.

Durante varios años había impartido cursos a los trabajadores y les había enviado propuestas relativas al desarrollo de ciertos proyectos.

Pero la pandemia obligó a reducir los costes externos y la plantilla se reestructuró para asumir el trabajo que con anterioridad realizaban empresas externas, por ejemplo, asumieron los procesos de selección de personal, contrataron a un técnico de RRHH para elaborar las nóminas y crearon un departamento de marketing.

Un día, uno de estos empleados le dio la enhorabuena a este colaborador porque “había vuelto al ruedo”. Él extrañado le preguntó que por qué decía eso, y él le contestó: “Sí, hombre, por aquel proyecto de X que dejaste a medias…”

Lo cierto es que sí, aquel proyecto lo dejó a medias, pero nunca más supo nada. Le pidió al amigo una copia de lo que le habían pasado y él se lo envió.

Lo que pasó después, es fácilmente intuible.

Nuestro colaborador comparó su propuesta inicial con la que finalmente habían preparado desde la empresa.

El programa de cotejo documental otorgaba unas coincidencias del 76% y encargó un peritaje de lingüística forense.

Cuando el cliente me proporcionó los dos documentos, me recordó mi infancia, cuando jugábamos a los cromos de picar.

Seguir leyendo en ANÁLISIS DOCUMENTAL, artículo escrito por Mireia Hernández, Perito judicial en análisis documental, lingüística forense y expertización de obras de arte.

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